viernes, 25 de septiembre de 2015

¿Dónde estaré en diez años?

"¿Dónde estaré en diez años?". Me reconcome la chica que seré con treinta años. 

¿Estaré lejos? ¿Seré una chica más que no sale de ciudad como el resto de mi familia? ¿Tendré amigos a los que llamar familia? ¿Tendré familia a la que llamar familia? ¿Estaré sola? Y si lo estoy, ¿al menos tendré cicatrices de cuando no lo estuve? ¿Cumpliré sueños? ¿Cumpliré mis sueños? ¿Tendré un cauce fijo como vida o será como navegar por fiordos? 

Me encanta esa palabra. Fiordos. Suena rara. En fin. 

Es difícil de imaginar, mucho, esa vida me pilla muy grande y muy lejos. Mis ojos no son capaces de verla. Y menos ahora, vivo... Momentos convulsos. De cambio. En los próximos meses, en el próximo año, se decidirá mi futuro, decidiré mi futuro. Y podría alargar mis estudios, quizá seguir el ejemplo de una gran persona y vagar por el mundo un poco más... buscando mi sitio o quién soy. O incluso podría huir de todo eso. Huir tantos años como pueda.  
Pero no. Sería hacerme la tonta. Sé cuál es mi sitio: crear, ilusionar, hacer soñar, sea como sea, donde sea, a quien sea que merezca la pena. Es lo que más me llena de esta vida, ser el motor de la vida de otros. Ser motor del mundo. Traer cambio y sonrisas, hacer que las cosas giren, se muevan, ¡crezcan! Y mal no se me da.  
Y también sé quién soy: La chica que puede pisar fuerte aun descalza. Niña inocente que no puede no soñar. No puede no caerse. No puede no levantarse. Y ama el mundo y todo lo que hay en él. Y ahora mismo estoy llorando porque soy tonta. Un poco. Bueno. Más que un poco. Sssh. Ay. Es que. De verdad.. Amo el mundo y todo lo q hay en él. Pero, pero prefiero no pensarlo porque se me haría imposible vivir. Amo a las personas, tienen tanto dentro y fuera que es como si cada una que ves por la calle tuviese su propia canción, sus propios colores, ¡y cuando ves que viven al mismo compás es tan bonito! Soy un poco tonta. ¡Es igual! 

Sé quién soy. Cuál es mi sitio. ¿Por qué no puedo imaginarme dentro de diez años? ¿Por qué me protejo de ser optimista? ¿Por qué no puedo pensar que por una vez las cosas me van a salir bien? Quiero imaginarme un final feliz para mi cuento. 
Claro, todo el mundo quiere su final feliz. Es normal. Pero ya que mi vida a veces parece un monólogo, no sé, me gustaría que acabara con una gran y enorme carcajada. 

¿Sabes por qué quiero una familia? ¿...por qué me gustaría poder verme reflejada en los ojos de alguien? Puedo, o sea, si me pongo estoy segura de que puedo hacer soñar a todos los niños de varios continentes. Yo creo en mí y no estoy yendo ni en coña ni exagerando. Podría hacerlo. Pero cambiaría esos superpoderes por tener la posibilidad de ver los ojos de alguien que me quiere cuando se despierte una mañana en una racha de días de mierda y me encuentre cruzando su puerta cargando una bandeja con el mejor desayuno del universo. O sea. Los sueños de esa persona, por egoísta, irracional, inhumanista y absurdo que parezca, los sueños de esa persona son impagables. 
Quiero decir. ¿Tener la oportunidad de hacer soñar a alguien que me quiera más a que nadie? ¿Tú sabes lo que eso significa para alguien como yo? 
Y de verdad, a veces pienso que es egoísta el hacer feliz a alguien que su mera existencia me hace feliz, egoísta por mi complejo de salvadora. Quiero arreglar y salvar a todo el mundo, y a veces más por mí que por todo el mundo, y querría arreglar a esa persona que me quiere, hacer de todo para compensar la felicidad que me da. A veces pienso en esto, en ese egoísmo preocupado y cobarde. Pero no lo es. No es que quiera que me quiera, no es que busque nada o sentirme su heroína o su nada. Quiero ser yo. Quiero que me vea y vea quién soy. Que me vea, mire al desayuno y encuentre unas tortitas arrugadas y feuchas, se ría y no pueda quererme más mientras intento parecer digna y sofisticada a la par que elegante, chic, fashion, trendy y topic. 


Quiero hacer soñar a esa persona. Que sea libre. Que seamos libres. Que el mundo se nos quede pequeño.

Y sí. Soy una ilusa y una imbécil, y todo eso es lo más improbable de este universo y no debería querer cosas sino ir a por ellas o no debería querer cosas sino aprovechar todo lo que tengo y toda esa filosofía sana, todos esos pensamientos social y racionalmente admirados. 
Pero sé quién soy. Y no puedo no soñar. Y se me caen los mocos de llorar. Y soy más cursi que una niña en secundaria. Me da igual. 

Así que, resumiendo. En diez años no sé dónde estaré o quién seré o qué haré con mi vida. Es totalmente desconocido para mí. No tengo manera d averiguarlo. Ni quiero, me gustan las sorpresas. Pero algo tengo seguro, y me voy a asegurar de que sea así, estoy segura de que aunque esté en un trabajo d mierda, sola, en la misma ciudad, en un piso cochambroso y no haya vivido nada emocionante en esos diez años, aun con todo eso estoy segura de que seguiré soñando. Te lo prometo. Hasta la tumba soñaré. Y no prometo en balde, nunca. 

Y soñando y viviendo, creo que me esperan diez bonitos años. Sí. De eso no estoy segura, pero si lo estuviera, ¿qué gracia tendría levantarme mañana por la mañana?



Suerte
Remuevo un café cada mañana
Historias Irrelevantes

No hay comentarios:

Publicar un comentario