domingo, 19 de mayo de 2013

Visiones de un paranoico


A veces tenía la sensación de que algo me seguía por los lugares donde no miraba, los lugares donde mi vista se emborronaba, esas imágenes a las que no hago caso. 
Sentía como una sombra que se aproximaba sin quererlo a mí, como algo que veía de refilón muy de vez en cuando. Aquello que al mirarlo directamente se convertía en una señal de tráfico, el tronco de un árbol, una papelera o lo que su imaginación le permita. Un ser escurridizo acechando entre la oscuridad de la visión. 
También puede que sea un paranoico. Esa sería la respuesta fácil. 

Desayuno cada sábado en la misma cafetería. Voy temprano, con el aire frío matinal, ese frío que llega a los huesos aún en verano. Suelo pedir unas barritas de pan con aceite, las hacen crujientes y al punto perfecto, pido las barritas y un café con leche y dos sobres de azúcar, no soy de sabores amargos -aunque si el café lo preparo yo no le echo nada de azúcar por pereza, todo sea dicho- y, además, en esta cafetería todo sale bastante bien de precio. Es uno de esos lugares que uno encuentra formidable una vez lleva un tiempo viviendo por sus alrededores; después de probar en varias cafeterías encuentras una de ellas que te resulta perfecta y la conviertes en ritual, por tanto, en una parte de tu vida, es bonito en cierta manera. Allí me dedico a escribir opiniones, a hablar con viejos conocidos, a encontrar titubeos y a acordarme de las estrellas que vi el viernes. 

Un tercer sábado de mes desayuné con un tipo, cuenta historias que él mismo ilustra, fue extraño y a veces era fascinante porque su cabeza estaba repleta de mundos bizarros y fantásticos. Una mente sorprendente, desde luego. Íbamos por el segundo café cuando sin venir a cuento se quedó callado y sus ojos enmudecieron, sólo exhaló  "quien te sigue está al otro lado de la calle", sentí paralizarse y entumecerse toda mi columna vertebral mientras apretaba mis mandíbulas. No le había contado nada a él de mis paranoias y mucho menos encontraba darle sentido a ellas o a esta situación, pero me decidí a mirar por la ventana y asomar mi mirada al otro lado de la carretera; encontré una parada de autobús y a una mujer de pelo negro, sonrisa maliciosa y aún sin ver sus ojos sentía su mirada en mi garganta, lo más raro fue que llevaba un globo a medio gas. 



Pasó un autobús que con sus frenos nos despertó a los dos del ensueño. 

Ambos nos miramos atónitos y volvimos a mirar a la calle, el autobús se había llevado a la chica. "¿Cómo sabías eso?" Dije, no esperaba respuesta, sólo pregunté como salida, como medio de escape a tanta incongruencia. Me sorprendí aún más esa mañana cuando escuché una voz profunda saliendo de él:
"Porque sus ojos te conocían, su mirada no iba a hacia mí, sus parpadeos gritaban tu nombre y su respiración te ansiaba. 
¿Qué puede querer de ti? Eso te preguntas. La respuesta la conoces, la respuesta es la misma que la de todos los que te buscan. Lo peor que puedes hacer es tenerla miedo, lo peor que puedes hacer es dejar de pensar en ella, es ignorarla y seguir como si nada pasase. No siempre que alguien te necesita lo dice a tus oídos con la claridad de los ríos de monte y eso lo sabes tú mejor que nadie en este lugar. 
No la temas. Después de todo, ella sueña."

<<Ella sueña.>>

No sabría decir aún a día de hoy el porqué, pero creí, creo y seguramente crea cada una de sus palabras. "Ella sueña..." me repetía para mis adentros. Lo creí tan cierto, lo creí con una certeza tan absoluta... Debía conocerla, pero ¿cómo llamarla? 
Ella sueña... Sí, ella sueña.



-Ella Sueña-

Anónimo
Desde mis sueños hasta tu pantalla
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4 comentarios:

  1. "Porque sus ojos te conocían, su mirada no iba a hacia mí, sus parpadeos gritaban tu nombre y su respiración te ansiaba.
    ¿Qué puede querer de ti? Eso te preguntas. La respuesta la conoces, la respuesta es la misma que la de todos los que te buscan. Lo peor que puedes hacer es tenerla miedo, lo peor que puedes hacer es dejar de pensar en ella, es ignorarla y seguir como si nada pasase. No siempre que alguien te necesita lo dice a tus oídos con la claridad de los ríos de monte y eso lo sabes tú mejor que nadie en este lugar.
    No la temas. Después de todo, ella sueña."

    <>



    Amo esta parte. En una parte de mi mente, me siento como ella.

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    1. ¿Por quién crees que ha salido esta historia?

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  2. Y me gusta que te pases al lápiz ;)

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  3. creo que tienes una de las imaginaciones mas diferentes que conozco, tus dibujos son tan personales y a la vez tan difíciles d explicar.. tus obras no dejan indiferente a nadie. te hacen un artista muy grande!

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