domingo, 7 de abril de 2013

Techos Inalcanzables

En las zonas del norte del antiguo Occidente se creía en toda clase de seres olvidados, de hazañas nunca realizadas, de héroes no escritos, de criaturas de poderes viejos, de estrellas invisibles y de palabras inexistentes. Los brujos de entonces comenzaban a usar alquimias y magias propias. Los dioses eran salvajes demonios, los ángeles animales guía y los osos espíritus de viejos chamanes que no quisieron acabar tan pronto su existencia. 

Los poblados de la aurora boreal eran guardianes de sus propios secretos y entre ellos la aurora boreal. La aurora, junto a la tormenta, tuvo una hija la cual confió a un lago secreto custodiado por las mujeres escandinavas. A partir de su magia, astucia e ingenio mantenían alejados a todo aquel curioso, viajero, enemigo y extraño de la bella hija de aquella que se ve cada noche. Se cuenta que de su sangre brotaba el más rico de los néctares y de sus lianas colgaba el más suave de los tejidos. Las custodias lo sabían bien, su prueba más dura era abstenerse de todo eso. 
Esto se decía entonces:

"De entre todas las mujeres la hija de la única diosa nacerá inmortal entre aguas de eternidad y de ella brotará el color que nunca se apaga. Así se custodie por siempre hasta que el fuego que no hace sombra aniquile a los dioses".

Una noche de solsticio una de las guardianas entre la mirada de las Lunas le arrancó un brazo a la nacida del crepúsculo matutino y huyó con ello. Nadie podía escapar de los astros entonces, ni en sueños. No hay escritos que hablen de ella o de qué le sucedió pero el brazo retornó con el tiempo, "siempre lo hace". Más incidentes ocurrieron, el ser humano nunca fue ni es perfecto, ni siquiera entonces, pero todo retornó siempre, como una constante en el tiempo. Como algo custodiado incluso del cambio. Imperecedero. Eterno. Inmortal.

El lago sigue siendo un misterio, nadie sabe si existe, su localización, si esta leyenda es falsa o verdadera, si es cierto que ellas lo siguen custodiando. Mi conocimiento no llega hasta tanto, puede que algún día alguien me traiga un libro al respecto, hasta entonces, siempre pensaré que entre los inviernos perpetuos un árbol eterno se esconde entre aguas de cristal bajo la atenta mirada de la dama nocturna de los mil colores, como una joya entre los mapas. 



Larry
Desde la casa de los mitos olvidados
Historias Irrelevantes


Ilustración cedida por Eme Entrópica

No hay comentarios:

Publicar un comentario