miércoles, 1 de agosto de 2012

Recuerdos de cada mañana



Una vez me dijo una señora mayor que yo era un universo deforme, no sabría deciros por qué lo dijo cuando lo dijo ni cómo lo supo pero tenía razón. Me encontró ella a mí sentada detrás de un árbol en un bosquecito que sobrevivía cerca de mi casa natal, estaba tratando de clavarme una aguja rellena de una mierda que me habían dado unos amigos, o antes eran mis amigos... hasta que trataron de... da igual, eso es otra historia. Ella salió de detrás del tronco como una caja sorpresa lo que hizo que mi mano, bueno, no tuviera mucha precisión, me clavé mal la aguja pero entró lo que sea que tenía dentro y me desmayé. Soñé... soñé con oscuridad, con las palizas de mi padre y con un pez de muchos colores.
Desperté, estaba tumbada y con un trapo húmedo sobre mi frente, recuerdo tener clavada en la espalda una piedra, una bastante dura y afilada. Lo primero que vi fue el cielo abrazado por las ramas de los árboles y acto seguido la cara de la anciana sobre la mía. Tenía una cara terrible, me refiero a que daba miedo, bastante. Me levantó y me preguntó que qué tal me encontraba a lo que respondí "sólo mareada, gracias". Me cogió la cara por las mejillas, acercó su cara a la mía y me miró a los ojos. Estuvo unos segundos que para mí fueron horas o días y de pronto me soltó, caí hacia atrás y me di un cabezazo contra el suelo. Ella se levantó y cogió su bastón. 
Se iba y me dijo, "me das pena, tienes tanto mundo y todo desaprovechado, esos ojos están desaprovechados joven, vive". Vive... el tono, el volumen, la vibración de sus labios y mis tímpanos cuando dijo esa palabra es uno de los recuerdos más nítidos que tengo. Vive... 

El tiempo, ese autor universal, ha sabido dar la razón a la anciana... según fui madurando lo vi, claro como la nieve en las calmas, nítido como una televisión moderna, tenía un mundo enorme que poblar en mi interior. También me fijé en que cada uno somos un mundo... algunos más grande, otros más pequeño, algunos más informe, otros viven en él, algunos saben lo que quieren, otros están más enredados que la caja de las luces de navidad... pero todos tenemos uno. Lo veo en los ojos de la gente, en la mirada... son como una ventana. "Los ojos son la ventana al alma" dicen, yo digo que es al mundo de cada uno. 
Muchas mañanas pienso en esa viejecilla y en su "vive"... creo que he conseguido vivir, ni bien, ni mal, tan sólo vivir mi vida y nada más y ¿sabes qué? Me encanta. 

Suerte
Remuevo un café cada mañana
Historias Irrelevantes

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