lunes, 30 de julio de 2012

Ese extraño vecino mío



A veces suelo verlos. Esos personajes de cuento ficticio que viven en la realidad. A veces son tan palpables como tú y como yo. Otras... no tanto. En casi cualquier barrio hay un par de tipos solitarios que siempre ves andando, montados en algo, en su mundo. Siempre en su mundo. Como si vivieran dentro del cuento del que salieron. 

En el mío hay uno. Es extraño, nadie se acerca a él y parece que a veces sólo yo soy capaz de verlo... es como una sombra, o algo parecido. Se esconde entre las personas, como cuando preguntas a alguien que dónde escondería un árbol y te dice que en un bosque. Algo parecido. Es especial. 


A veces incluso salgo sólo para ver si le veo. Es curioso. Su cara siempre es de indiferencia, aunque mira con la mirada de alguien que busca algo, algo que no se ve a simple vista. A veces lleva libros y se sienta a leerlos a la vista de todos, pero nadie lo ve, salvo a veces... yo. Escucha música mientras lee y pone caras. Es extraño. Es como si la gente que no le ve no la viese él. Cuando cierra el libro, mira al cielo... casi siempre a las estrellas, suspira, sonríe y se va como vino. De la nada a la nada. ¿Vivirá en algún sitio? Me pregunto siempre eso, eso y ¿existirá realmente o es un espejismo? Siempre que le veo quiero hablar con él, pero no me atrevo y si me armo de valor se va. A lo mejor es cosa del destino, "el chico que nunca pudo ser conocido", o algo así. No sé, el mundo hace que a veces no crea en la casualidad. Después de todo, debe ser de carne y hueso, ¿no? 


Quizá es sólo alguien que no tiene amigos más que sus libros y quiere respirar el aire de la calle. Quizá es un chico normal que le gusta mirar a la estrellas. Quizá quiera llamar la atención de gente especial... gente como él. Creo que se deberían reunir todos estos tipos, se alegrarían bastante ver que hay más como ellos, al final, el ser humano creo que es sociable... que le gusta la familia, una de verdad, ¿sabes? No una de esas que te encuentras en la televisión. Quizá sólo quiera un abrazo, pero es muy tímido con, ya sabes, la gente que le vemos. Un día le vi los ojos y él me observó los míos, sentí como si alguien me desnudase, ¿entiendes? Pero no el cuerpo, o sea, no con deseo, sino que me desnudase el alma, como si me conociera de toda la vida, como un padre o un... ¿hermano? Nadie me miró así nunca más, no sé si eso es bueno o malo o si siquiera me importa que lo sea. 


Un día dejas de verle, se evapora, quizá nunca existió. Tú vida sigue, y un día del año siguiente en una fecha parecida le ves pasear y la apatía se va. No sé, él encierra algo que los demás no hacemos o no creemos hacerlo. Quizá algún día me acerque y le salude... algún día... y tú, ¿viste alguna vez alguien así?


Suerte

Remuevo un café cada mañana

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