lunes, 24 de marzo de 2014

La niña de Kopaki y El amor de Nero Mousiki y cómo Uranio Kopaki perdió sus cuervos


La niña de Kopaki

Después de años de viajes Uranio Kopaki se instaló en una ciudad abultada. Quería experimentar qué era vivir en un lugar así. En uno de los callejones vio a una pequeña huérfana sin nombre, lugar ni tiempo. Miraba las estrellas y sus ojos brillaban cuando éstas lo hacían. Kopaki se apiadó de la niña y la acogió. Vivieron juntos doce lunas. Durante ese tiempo ella poco a poco fue vislumbrando la verdadera forma de Uranio, la forma animal alada que él tenía, la cual ocultaba con máscaras y disfraces para no asustar "a quienes no lo entendiesen". La niña se adaptó a vivir con Uranio, éste le contaba historias y la hacía caminar por las memorias de sus viajes. El libro que llevaba Uranio estaba escrito y de él sacaban historias y reían cada noche. Cuando la niña vio la verdadera forma de Kopaki la describió como "un ser alado cuyo pico repicaba en ecos, sus ojos negros veían la inmensidad y sus alas eran tan negras que éstas brillaban". No se asustó y eso conquistó el amor de Uranio quien casi se enamora, pero no podría pues ésta era su niña. Según esta mitología todo monstruo puede encontrar un niño con quien convivir en armonía pues no podría ser ninguna otra clase de ser quien pudiera convivir con un monstruo. 
Un día la niña desapareció. Las velas de la casa de Uranio estaban apagadas y la niña ya no estaba "ni bajo su techo ni en su lecho". Uranio replegó sus alas a la noche y entre lágrimas de tristeza lanzó varios sueños en su búsqueda, voló por valles y surcos gritando Arual -se sobreentiende que es éste el verdadero nombre de la niña-, encomendó a lugares y naciones la tarea de encontrar el menor rastro de ella pero no hubo ninguna suerte. Para este entonces Uranio no tenía ningún cuervo. 

La pérdida y el retorno a la soledad después de una esperanza frustrada suelen ser constantes en las historias de Uranio Kopaki. Se cuenta que más tarde la encontró pero es un relato vago y del que apenas conservamos dos versos:
"Entonces él desplegó alas azabache y ella recordó
Pues siempre fue su niña pero esto ella lo olvidó"
Es de un cancionero un siglo posterior en el que a Uranio Kopaki es conocido como Tiflós Mavrós y ocurre mientras deja sus viajes para descansar en un cenagal. Sin embargo un cancionero aún posterior relata cómo Tiflós Mavrós se vuelve oscuridad completa y total, pierde el juicio y se hace eterno y poderoso en una ascensión terrorífica. Tiene algunos puntos de incongruencia con la historia de Uranio Kopaki por lo que aún dudamos de que Tiflós Mavrós sea en verdad Uranio Kopaki


El amor de Nero Mousiki y cómo Uranio Kopaki perdió sus cuervos

La primera vez que se habla de romance en la historia de Uranio Kopaki es el que procesa hacia una diosa de la música, el desenfreno y la sexualidad. El cuento relata que la conoce durante una de sus expediciones hacia los míticos Montes del Color. Buscando flores encuentra en el centro del foco de un incendio a una muchacha que llora desconsoladamente hecha un ovillo. Uranio se come las flores que portaba y toca el hombro de ella la cual deja de llorar al instante y se levanta sonriente y desnuda. Kopaki entonces la promete protección como Guardián y ella niega pues nadie puede protegerla, ella es una diosa de los Montes del Color y su mayor enemigo es ella misma. Es representada como la personificación del caos artístico y creador. Entonces Uranio Kopaki desoyendo sus palabras monta guardia para salvaguardar los Montes del Color. La primera noche ocurre una explosión que resulta en magulladuras en la piel de la diosa, Kopaki no llegó a tiempo para protegerla. A la mañana siguiente la diosa comenzó a arder y el fuego se extinguió antes de que Kopaki pudiera apagarlo con sus alas. No cambio el sol de rumbo cuando la diosa una vez más explotó sin que Kopaki pudiera hacer nada. Uranio estuvo así varios días con sus noches, sin descanso ni alimento. Al final la diosa se apiadó de él y le despidió. 
"Oh, mi querido guardián, vete, no necesito de tus servicios pero has de ver en mi mirada lo que he sentido por ti" - dice ella.
"Mi señora, sepa que nunca me he rendido en una causa desde que gané mi nombre y sepa que estos ojos nunca han conocido el verdadero amor, ni el amor que se siente por un hermano pero sé que a ti -es preciso denotar que deja de tratarla de usted o divinidad y la trata con confianza de igual a igual- sé que a ti podría quererte, Nero Mousiki, reina de mis noches y diosa de los Montes del Color" -le responde Uranio Kopaki. 
"Tú no podrás quererme hasta que tus cuervos liberen el corazón que protegen con aún más ahínco que tú mis montes" - sentenció la diosa antes de despedirlo por completo. 

Pasaron tres noches en las que Kopaki estuvo arrancándose cada extremidad y órgano, se escucharon gritos en todos los sueños del lugar y un fuego negro consumió varios bosques menores. Tres días tardaron sus extremidades y órganos en crearse de nuevo. Uranio dejó libres a sus cuervos quienes lo vigilaron por meses, temían que Uranio cayese y no hubiese quién rescatar su cadáver. Se habla de Uranio Kopaki como un ser del cambio, un ser parecido al ave fénix que muere y renace por sus circunstancias pero su diferencia es que Uranio Kopaki necesita de una chispa que lo haga renacer de nuevo. 
"En un estado de niño pequeño, inocente, puro y esencial, Kopaki se acercó a los Montes de Color en busca de la diosa del agua y la música, las miradas y la noche, la hija de la Luna, en busca de Nero Mousiki". Así la encuentra gracias a que las estrellas le guían. Nero Mousiki entonces besa la frente del joven Uranio y le advierte que es imposible, que su amor nunca se podrá consumar. A esto Kopaki le responde que no le importa, pues sabe que su misión es Soledad. Uranio abraza a Nero Mousiki y ésta explota en llamas y mariposas, todo el pecho de Uranio queda marcado por la herida pero no deshace el abrazo. Es él quien entonces, ahora crecido y universal, besa la frente de Nero Mousiki en señal de despedida pues sabría que ella nunca lo quiso como él la quiso a ella. 



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