jueves, 29 de agosto de 2013

Sinceridad

-Te seré sincero: soy un fraude. Nada de lo que digo se parece mínimamente a la realidad, pero eso es lo que soy, ¿no? Un ilusionista. un muro de humo, un hombre capaz de lo más insólito y extraordinario para agradar a su público. Un tipo que comprendió la realidad y decidió hacer trampas pues ésta era muy complicada. Pero estás conmigo, no obstante, con la esperanza de que algo de lo que diga cambie tu vida, te sorprenda, te llegue, te sobrecoja o te alegre la mala tarde. O esa impresión te he dado siempre, ¿cierto? Por eso te atraía tanto... No puedo hacer nada de lo que me pides, cielo, soy un sucedáneo. Nunca fui nadie en ningún sitio, nunca fui nadie para ninguna persona. Nunca he sido importante realmente. Muchos han creído que yo les importaba, a ellos le importaba alguien que no era yo, ni por asomo.
>Nunca me ha conocido nadie. Ni siquiera aquella chica del pelo rojo que sonreía tanto... ella nunca me quiso de verdad aunque yo a ella sí y nunca lo supo. Una vida falsa, con caretas, máscaras, disfraces, espejos y retorcidos guiones ensayados y meticulosamente meditados. He dado alegrías para que me sonrían, pena para que me acojan, ira para importarles. He contado proezas, historias, cuentos y maravillas que jamás ocurrieron. Nunca he sido sincero, por eso quise serlo contigo, para que sepas que, en el fondo, me importas tanto como para desmontar cada treta que tengo preparada para ti, cada engaño que utilizo para llegar a mi objetivo.
>Toda mi vida ha sido falsa, nunca me ha pasado nada sobrenatural ni he conocido a ningún dios ni espíritu, como mucho ha sido una demencia propia de mi enfermiza esquizofrenia que a duras penas controlo con alguna que otra droga. No son baratas, ¿sabes? Todo ha sido como una bola de nieve. Dicen que las mentiras te persiguen, dicen que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Son chorradas. Si no existe la verdad, ¿existe la mentira? Tergiverso la realidad para no enfrentarme a mis miedos. Me pongo una cara que no es la mía para afrontar las peores situaciones que vivo. Digo palabras que nunca saldrían de mi boca para poder escapar de la tensión y el nerviosismo. Comprenderás ahora que nunca me he podido permitir querer a nadie demasiado, a nadie que se empeñe en continuar en mi vida. Las pocas personas que han sabido un ápice de la mentira que soy se han ido pronto de mi vida; lo sabía con antelación y a modo de expiación hice que ellos lo supieran. Maquinador, sí. Bochornoso, también. Pero nunca lo supo nadie realmente. Los sentimientos que estás generando hacia mí en este momento son de odio imagino, ¿cómo no te lo conté antes? ¿Cómo he podido ser así tanto tiempo? Porque soy un hijo de puta muy listo. Por eso.
>Supongo que ya me odiabas un poco antes. Conozco bien la naturaleza humana, mi compañía hace que en el fondo sepas que soy alguien con quien no te conviene compartir tu tiempo pero está tan al fondo que no lo escuchas, sólo escuchas mi lengua venenosa. Pero no soy tan malo. Es un mecanismo de defensa, debería darte lástima y no rabia. Si no tuviera tanto miedo de ser quien de verdad soy no sería el fraude que soy, si la gente fuese más comprensiva y tolerante no haría lo que hago. Por eso nunca llegué demasiado lejos en mis mentiras, por eso nunca me acosté con nadie que no quiso hacerlo de verdad, por eso siempre que alguien quiere que forme parte de su vida íntima me aseguro de sus razones y compruebo que ninguna sea una burda ilusión de la que no ha logrado darse cuenta. No soy tan terrible, ¿no crees? Así somos los humanos, unos imbéciles que tienen miedo de que su reflejo sea ellos mismos y no la fachada que tanto les ha costado construirse. Somos socialmente ineptos.
>Pero tú me importas. Aunque ahora te preguntas si esto es cierto. ¿Me equivoco? Me pregunto cuántas veces me habrás escuchado decir esto, a cuántas personas. Y ahora sabes que ninguna era verdad, por eso te preguntas si es cierto que me importas. Quizá toda esta sinceridad sea una enrevesada mentira cuyo fin es que parezca que me abro a ti y sólo a ti y así hacer que tú pienses que eres única en mi vida, que esta vez, esta única e insólita vez, voy en serio. ¿Quién sabe? Quizá no sea tan tóxico como parezco. Quizá por una vez sea la pura verdad. Quizá por una vez este dulce flautista deje de tocar y comience a hablar. Pero, quién sabe... Cuando arrastras tanto una mentira acabas creyéndotela, acabas dudando si de verdad hiciste aquello o si de verdad sentiste eso otro. Tu mundo acaba siendo una constante duda, una constante lucha entre qué es verdad y qué es falso. ¿Te has abierto de verdad alguna vez a alguien? ¿Hasta que punto llega tu control sobre qué es real y qué no? Te estoy siendo sincero o, al menos, eso aparento, por eso te diré que no tengo la más remota idea de la respuesta a esas preguntas. Esto lo he llevado demasiado lejos y no sé dónde estoy yo, dónde el personaje y dónde la máscara. Todo es una amalgama que ha formado un espectro que ha vivido más pasados de los que permite una vida y ha visto más de lo que ha podido ver un hombre. Todo por no salir corriendo. Todo por querer que alguien te abrace a ti por una vez. Así que te seré sincero, no sé quién soy, qué he hecho y qué no, qué he sentido ni qué siento. Todo forma parte de un plan del que ni yo tengo información. Pero no soy tan malo, ¿no crees?
>Es una lástima que sea tan precavido, tan maquinador y tan repugnante todo metido dentro un cuerpo repleto de miedo al mundo y a sí mismo disfrazado de alguien seguro, tenaz y de éxito. Es una lástima para ti, claro. No viniste en el mejor momento, sabes que si fueras cualquier otra persona me hubiese aprovechado de ti y te hubiese dejado ir pero me importas demasiado y por tanto eres peligrosa para mí, para mi estructura. No puedo dejar que te vayas... ¿Ves? ¡Esa es la mirada que nunca puse yo! ¡Esa! Esa mirada que se asoma entre lágrimas que no se atreven a caer. Es una mirada demasiado pura, demasiado sincera, demasiado real, ningún disfraz puede crear algo así, es arte, puro arte.

-¡Hijo de puta! ¡Socorro! ¡Suéltame!

-Cariño... por favor, no hagas esto más difícil. Te lo dije antes y te lo digo ahora, nadie puede oírte. Odio cuando se despega la cinta americana, deberían inventar algo mejor. Ya te he dicho que me importas mucho, más que ninguna otra persona en el mundo y no puedo dejar que eso ocurra. Hasta siempre cielo... te recordaré siempre.


Historias Irrelevantes 

No hay comentarios:

Publicar un comentario