jueves, 16 de julio de 2015

Un farolillo iluminaba el sótano


-Vaya, por fin te despiertas. Me ha costado más de lo que crees conservar tu vida, pero descuida… ya estás a salvo. De momento, al menos, no sé... No sé hasta cuando la verdad. Ay, no, no te molestes en hablar, te he… bueno, no te alarmes, ¿vale? Te he… uf, qué subidón. Ay. Te he cosido la boca. Sí, ya sé, “qué típico”, ¿no? Podría haber hecho mil cosas o cortarte la lengua o ponerte un calcetín o… ¡yo qué sé! Podría haberte arrancado las cuerdas vocales y ponérmelas en mi violín, ¡uf! ¡Qué loco! Esa me la apunto. ¿No? No, ¿verdad? Muy gore. Sssh. Sssssshhh. Tranquilo, todo va a ir bien. De verdad que sí. Pero es que no te puedo atar en el sótano y tenerte aquí gritando toda la noche, ¿sabes? Las cosas con calma, ¿vale? Bien. Espera un segundo, enseguida vengo.


-¡Hola! Me he traído la cámara. Es la primera vez que hago esto sola y quería tenerlo. Como recuerdo, ¿sabes? Esto es… ¡ay! Esto es genial. ¡Oh! ¡Venga! ¿A qué viene esa cara? No soy mala gente, no te voy a hacer nada malo, de verdad. Mira, me voy a sentar encima de ti, cada una de mis piernas se va a ir para un lado… sí, mira, así… y me voy a acercar a susurrarte algo al oído, ¿te gusta que te susurre así? ¿Eh? ¿Te encanta? A mí me encantas tú, chico… ¡¿Ves?! Te has animado. ¡Los hombres sois mucho más entretenidos que nosotras! La última vez mi antiguo señor y yo lo hicimos con una punky que vivía tres calles más allá y joder, chico, llorar y llorar y llorar. Qué coñazo de tía, ¿no te parece? Pero tú eres tan… servicial, ¿mm? Sí. Me encantas. ¡Te has vuelto a asustar! ¡Si sólo es un cuchillo! Si lo que buscas es que te haga una mamada vas listo. Ay. En fin… Vamos a empezar, ¿vale? ¡Deja de dar esos botes! ¡Ay! ¡Espera! ¡Eso es que te has animado, ¿no?! ¿No? No… Eso es que estás cagado. Espera… no te habrás cagado de verdad, a que no… ¿no? No me gusta cuando os cagáis, es un verdadero coñazo. Lo digo en serio, todo se vuelve mucho más… tedioso, ¡y cochino! ¡Bueno! Vamos a empezar, primero un pinchacito de nada, déjame el resto a mí, ¿vale?


-¡Pues ya está! Ahora me ves al revés, ¿no es divertido? ¡Te he colgado de los pies! ¡Eh! ¡Manos quietas o te las corto! Y yo que te las dejo sin atar como gesto de buena voluntad. No me decepciones que te mato. ¡Es una broma, tonto! ¡Cómo te voy a matar si te necesito vivo! Vale, ¿ves este cuchillo? ¿Sí? ¡Ay! ¡Para de agitarte por todo! ¿Lo ves? Vale, pues deja de mirarlo, ¿quieres? Te pondrás más nervioso. Primero un cortecito aquí…
-MMMMMMMMM.
-Que te calles, chico. Te lo has ganado. Te ataré las manos. Casi me llenas el pelo de sangre y no veas lo difícil que es que eso salga. A ver, así, ¡hmpf! Ya está. ¿Mejor? No, ¿verdad? Te lo has buscado tú solito, señorito. ¡Yo que intentaba hacer esto de la manera más agradable! Verás, mira, me voy a sentar. Yo tengo cierta… necesidad, dejémoslo ahí, y lo que necesito lo tienes tú dentro, sí, tú. Seleccionamos a alguien que tenga eso que tú tienes dentro y lo traemos aquí para sacárselo, y siempre escogemos a los más… como tú, ¿entiendes? ¿No? Me he explicado horriblemente mal. ¡No me juzgues! Es difícil, estas cosas son esa clase de cosas que no se comparten con desconocidos, ¿sabes?
-MMMMMMM.
-Ya, ya, que tú no eres un desconocido, que hemos compartido mucho tú y yo y todo eso, pero… no es lo mismo. No estoy cómoda contigo. Imagino que tú menos, claro, pero, ¡¿de qué te quejas?! Si te hemos escogido a ti es porque te ibas a suicidar igual. Chico, todo el mundo te odiaba y no querías seguir viviendo. Que si estabas solo, que si no te comprendían, que si muerto todo el mundo apreciaría lo que se pierde y bla-bla-blá. Mira… ¿hm? No te gusta que te hable de estas cosas con el cuchillo en la mano, ¿no? Era de suponer. A ver, chico, nosotros necesitamos tu vida y tú no la quieres más, ¿cierto? Pues así estás ayudando, ¿no lo ves?
-MMMMMM.
-No, claro, sólo te sentías fatal pero esta “experiencia cercana a la muerte” te ha abierto los ojos y ahora aprecias la vida y harás todo diferente. Ahora que sabes el valor de la vida, recuerdas cada cielo de la mañana como un regalo, las depresiones como sorprendentes tormentas llenas de vida que grita, ves… cada canto de pájaro como un milagro, cada desayuno era un banquete y cada abrazo un momento mágico lleno de amor y alegría, ¿no?
-¡MMMM!
-Sí. ¡Qué bonita es la vida! ¿A que sí?




-Pues es tarde, chico. Es muy tarde. 

1 comentario:

  1. "te has animado", qué eufemística, me ha costado entenderlo.
    cuántas ventajas tiene la posesión de un cuchillo, puedes ser eufemística, prescindir de un amigo punk y hasta sacar cosas.
    ay. pobre.

    ResponderEliminar